Este mes volvemos de las vacaciones con una entrevista al ilustrador Pau Sanz I vila. Hemos hablado con él de cómo ve el propio mundo de la ilustración en España, de su visión del amor, sus proyectos de futuro y de muchas cosas más que podréis descubrir aquí. Nosotros ya estamos trabajando en nuestra siguiente entrevista y mientras tanto esperamos que disfrutéis de esta. ¡Un placer Pau!
El pasado mes de septiembre te hemos podido ver en el Mercado Central de Diseño en el Matadero. ¿Qué crees que ofrecen estas iniciativas a artistas como tú?
El mercado es un evento en el que tengo la posibilidad de conocer personalmente a muchos seguidores de las redes sociales con los que tengo contacto casi a diario, pero también es muy interesante que personas que no me conocían hasta el momento se pasen por mi puesto, me den su opinión, sus primeras impresiones y mantener charlas muy entretenidas, en definitiva me ofrece la oportunidad de mostrar mi obra y darme a conocer un poco en círculos más allá de las redes sociales.
En tus dibujos se aprecia que lo que te interesa más es lo cercano a ti. ¿Cuánto de autobiográfico hay en tu obra?
No me atrevería a decir tan rotundamente la palabra autobiográfico, pero sí es cierto que es siempre muy personal. Muestro mis intereses, mi entorno, mis preocupaciones, y si algo no me gusta no se me ocurre dibujarlo. Si voy a la playa, ese día seguramente dibujaré cosas relacionadas con la playa, o si paso mucho tiempo con una persona o acabo de conocer a alguien que me ha llamado la atención, puede que al llegar a casa me dé por dibujar a esa persona. No es mi vida al cien por cien, pero sí, tiene mucho de mí.
Has terminado tus estudios en Bellas Artes hace tan solo un año. ¿Cómo definirías esa experiencia?
La definiría como algo necesario, un camino que era obligatorio recorrer para conocer mejor las técnicas y la teoría, pero ha sido una etapa más en mi aprendizaje. Yo ya dibujaba en casa antes de estudiar la carrera, iba a clases de pintura y he sido un poco autodidacta en ocasiones, probando técnicas e investigando por mi cuenta, como hacemos todos con los temas que nos interesan, supongo.
¿Cuáles fueron tus primeros pasos antes de alcanzar tu propio estilo?
He dado muchos pasos, y la verdad es que no recuerdo exactamente cuáles fueron los primeros. Siempre he pintado al óleo, me gustaba el proceso de creación de un lienzo, los bocetos, el dibujo previo, las fases de un cuadro, las esperas de secado, etc. Esto es algo que a veces echo de menos. Ahora suelo pintar en acrílicos y me encanta, es por eso que lo hago, pero mi estilo actual poco tiene que ver con aquella época. También es cierto que siempre le he dado mucha importancia a la temática y al significado de mis obras, lo que ha cambiado es simplemente el modo de hacer.
Plasmas tus dibujos en tazas, libretas, serigrafías, además de producir escultura y también varios libros. ¿Es esta diversificación fruto de tu interés o de una necesidad?
Siempre nace como fruto del interés y de querer hacer algo nuevo. Un día pienso ‘Pues nunca he pintado una taza’ y entonces la pinto, lo mismo sucede con los otros ejemplos, aunque es cierto que llega un momento en que hay que hacerlo seriado, evitar las piezas únicas, aunque más que por necesidad yo diría que es para poder hacer una parte más accesible dentro de mi obra, porque al final lo que quiero es que la gente pueda disfrutar de mi trabajo, que no se convierta en algo inaccesible, no me apetece hacer de mi casa un museo, prefiero que mis piezas estén repartidas por diferentes lugares y que sean vistas, disfrutadas, que cumplan su función.
Recientemente has publicado el libro «Triamor» donde el protagonista narra su experiencia en forma de carta de su visión sobre las relaciones a tres. ¿Qué es para ti el amor? ¿cómo influye en tu obra?
Complicado. Cuando pienso en el amor siempre me acuerdo de una escena de Pulp Fiction donde hablan de los silencios, y de lo importante que es encontrar a alguien con quien puedas estar en silencio una hora sin que resulte incómodo, pues eso es para mí el amor, poder estar en silencio. Por otra parte dentro del amor no creo en los límites que se puedan establecer, o bien por creencias o bien por tradición, no creo que el amor tenga unas normas y que deban cumplirse a rajatabla, he escrito Triamor y obviamente lo he escrito porque considero que eso es amor. El amor influye en mi obra mucho, lo mismo que influyen mis amigos, mis mascotas, mis gustos y cualquier otro factor de mi entorno.
Además de triamor, en tus obras nos encontramos también con una gama tricolor (azul, amarillo y rosa) que hace tu trabajo muy reconocible. ¿Por qué esos colores?
Antes utilizaba algún color más, pero en todo momento tuve claro que quería conseguir una obra reconocible por sus colores. Fui trabajando, evolucionando, y de manera natural mi paleta se redujo a esos tres colores, se unieron porque forman una combinación perfecta, son tres, lo que los hace más perfectos, y hoy por hoy no se me ocurre pintar con otros colores que no sean el azul, el rosa y el amarillo. Es verdad que el blanco y el negro los utilizo también, y son una parte fundamental en mi obra, pero la esencia reside en esos tres colores y ellos son la base de mi trabajo.
Estás colaborando con la marca Woodamp, especialista en el diseño de lámparas vanguardistas de madera, en la elaboración de una serie de ellas con tus dibujos. ¿Cómo surgió esta oportunidad?
A Woodamp les conocí en Madrid, me gustaron mucho sus diseños y ellos son encantadores, tenemos muy buena relación. Decidieron hacer una serie de lámparas en colaboración con ilustradores y quisieron que yo fuese uno de esos ilustradores. La verdad es que han conseguido lámparas preciosas con esta iniciativa y hacen una combinación perfecta con los dibujos, cada ilustrador le da a la lámpara un aspecto y una esencia muy diferente y es una idea maravillosa. A mí desde luego me encanta poner mis dibujos en un tronco que da luz, es un concepto muy interesante.
Este verano Artevistas Gallery expuso tus obras bajo el nombre de «My sweet home», donde se pueden ver unos trabajos de gran armonía y pureza pero tocando temas de cierta controversia social. ¿El arte tiene más poder que las palabras?
No lo creo. La pintura y el dibujo tienen el poder de conectar mejor con el público, de despertar emociones y sentimientos de manera instantánea, tanto positivos como negativos, pero pienso que no hay nada más poderoso que la palabra. Decidí hacerme ilustrador para poder acompañar textos con mis dibujos, trasmitir lo que las palabras dicen y convertirlas en un instante sobre el papel, pero la base de esos dibujos es siempre la palabra, y creo que con la palabra escrita se puede conseguir cualquier cosa.
Estás acostumbrado a moverte entre Alicante, Barcelona y Madrid. ¿Crees que es necesario ampliar horizontes en el extranjero o es España un buen país para un artista?
No creo que existan fronteras geográficas en el arte, yo he realizado exposiciones en España, me muevo sobre todo por Madrid y Barcelona, pero algunas de mis obras han llegado a Canadá, a Qatar o Bélgica entre otros, no creo en las fronteras y si me muevo fuera de España no pensaré que estoy ampliando horizontes, simplemente pensaré que me estoy moviendo por el mundo, como hago ahora, de hecho hace poco he realizado un trabajo para una editorial argentina y espero seguir trabajando así.
¿Piensas que estamos viviendo una burbuja de ilustradores en España?
Sí, creo que hay ilustradores muy buenos en España y que últimamente están conectando con el público con una fuerza alucinante. Las ilustraciones han saltado de los libros a las paredes, las galerías de arte tienen ilustraciones enmarcadas entre cuadros al óleo y esculturas, la ilustración se ha abierto un camino muy interesante, pero no creo que sea una burbuja que tenga que explotar, simplemente creo que es un nuevo terreno para la ilustración y que es genial.
¿Cómo te ves dentro de unos años?
Hace dos años no me veía como estoy ahora, así que lo que pueda decir no tiene por qué ajustarse a la realidad, pero me gustaría dedicarme a lo que me apasiona, que es la ilustración, y seguir creando mi propia obra para poder exponerla cuando tenga algo que contar. No quiero perder el contacto con el público, la creación artística doy por hecho que es algo que seguiré haciendo, porque es mi vida.
VIVE UN DÍA PAU
– Una ciudad para bailar: Madrid.
– Un restaurante para cenar: La formatgeria de la calle Flassaders, en Barcelona.
– Un grupo del que hacerte grupie: Un grupo no, un hombre, Bowie.
– Una playa: La Cova Tallada, en Dénia.
From the mess to the mass 