Cuando era pequeño podía pasarme quince minutos parado en el pasillo de un supermercado intentando decidirme por la chocolatina que me haría más feliz. Hoy me he enfrentado a algo parecido. Me ha llevado casi el mismo tiempo seleccionar las ilustraciones que quiero compartir de este artista del que ya me he enamorado. Es de Suecia pero se ha establecido en San Francisco y se llama Felix Roos. Una vez más se cumple mi teoría de que nada malo puede venir de un país escandinavo. Sus ilustraciones a acuarela son tremendamente elegantes y toda su belleza reside en su sencillez, en su capacidad expresiva y en su marcada personalidad. Podéis seguirle también a través de Instagram.